jueves, 15 de septiembre de 2011

¿Debo vacunarme de la gripe?


     La Gripe es una de las enfermedades infecciosas de transmisión respiratoria y de presentación aguda, de mayor incidencia. La extrema contagiosidad del virus de la gripe condiciona  que cada invierno se produzca una onda epidémica estacional, que tiene importantes implicaciones en determinados grupos poblacionales como los ancianos, enfermemos crónicos, y otros, en los que éste proceso tiene frecuentemente complicaciones graves.

     Asimismo cada año se produce un aumento de la demanda de los servicios sanitarios (que muchas veces se ven desbordados), así como un aumento del absentismo laboral y escolar, de gran importancia social y económica. Su importancia deriva de su elevada capacidad de propagación y la gravedad de sus complicaciones, asociándose a un exceso de mortalidad general.

     El modo de transmisión más frecuente es la vía aérea entre personas aglomeradas en espacios cerrados. También puede transmitirse por contacto directo mediante las gotitas de Pflügge y a través de las manos contaminadas, ya que el virus gripal puede persistir durante horas, especialmente en ambientes fríos y con baja humedad. El virus de la gripe empieza a eliminarse 1-2 días antes del inicio de síntomas. El periodo de incubación es corto, habitualmente entre 1-5 días y la infección confiere inmunidad contra el virus infectante específico.

     En este contexto, la prevención y el control de la gripe se basa fundamentalmente en la vacunación.

     La respuesta inmunitaria protectora tras la vacunación es variable y en conjunto se sitúa en un intervalo comprendido entre el 70 y el 90% de los vacunados. Además, se caracteriza por su inocuidad, bajo coste y accesibilidad.

¿Quién debe vacunarse?

  1. Personas mayores o igual a 65 años de edad. Se hará especial énfasis en aquellas personas que conviven en instituciones cerradas.
  2. Personas menores de 65 años que, por presentar una condición clínica especial tienen un alto riesgo de complicaciones derivadas de la gripe o porque el padecer la enfermedad pueda provocar una descompensación de su condición médica: 
    1. Niños/as (mayores de 6 meses) y adultos con enfermedades crónicas cardiovasculares o pulmonares, incluyendo: displasia bronco-pulmonar, fibrosis quística y asma. 
    2. Niños/as (mayores de 6 meses) y adultos con enfermedades metabólicas crónicas, incluyendo:
      1. Diabetes mellitus
      2. Obesidad mórbida (índice de masa corporal igual o superior a 40)
      3. Insuficiencia renal
      4. Hemoglobinopatías y anemias
      5. Asplenia
      6. Enfermedad hepática crónica
      7. Enfermedades neuromusculares graves o inmunosupresión, incluida la originada por la infección de VIH o por fármacos o en los receptores de trasplantes
      8. Enfermedades que conllevan disfunción cognitiva: síndrome de Down, demencias y otras. En este grupo se hará un especial énfasis en aquellas personas que precisen seguimiento médico periódico o que hayan sido hospitalizadas en el año precedente. 
    3. Personas que conviven en residencias, instituciones o en centros que prestan asistencia a enfermos crónicos de cualquier edad. 
    4. Niños/as y adolescentes, de 6 meses a 18 años, que reciben tratamiento prolongado con ácido acetil salicílico, por la posibilidad de desarrollar un síndrome de Reye tras la gripe. 
    5. Mujeres embarazadas. 
  3. Personas que pueden transmitir la gripe a aquellas que tienen un alto riesgo de presentar complicaciones: 
    1. Trabajadores de los centros sanitarios, tanto de atención primaria como especializada y hospitalaria; pública y privada. Se hará especial énfasis en aquellos profesionales que atienden a pacientes de algunos de los grupos de alto riesgo anteriormente descritos. 
    2. Personas que por su ocupación trabajan en instituciones geriátricas o en centros de atención a enfermos crónicos, especialmente los que tengan contacto continuo con personas vulnerables. 
    3. Personas que proporcionen cuidados domiciliarios a pacientes de alto riesgo o ancianos. 
    4. Personas que conviven en el hogar, incluidos niños/as, con otras que pertenecen a algunos de los grupos de alto riesgo, por su condición clínica especial (citados en el punto 2). 
  4. Otros grupos en los que se recomienda la vacunación: 
    1. Personas que trabajan en servicios públicos esenciales, con especial énfasis en los siguientes subgrupos: 
      1. Fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, con dependencia nacional, autonómica o local. 
      2. Bomberos. 
      3. Servicios de protección civil. 
      4. Personas que trabajan en los servicios de emergencias sanitarias. 
      5. Trabajadores de instituciones penitenciarias y de otros centros de internamiento por resolución judicial. 
    2. Viajeros internacionales: Personas que presentan mayor riesgo de complicaciones de gripe, por su edad o por su condición clínica especial, que no fueron vacunadas durante la temporada gripal, y que se dirigen a zonas tropicales en cualquier época del año o viajen al hemisferio sur entre los meses de abril a septiembre. 
    3. Asimismo, deberán ser vacunadas de gripe todas las personas que se dirijan a zonas donde existen brotes de gripe aviar altamente patogénica y puedan estar en contacto estrecho con granjas de aves de corral o con probabilidad de exposiciones intensas a aves. 
    4. Personas que, por su ocupación, pueden estar en contacto con aves sospechosas o conocidas, de estar infectadas por virus de gripe aviar altamente patogénica, especialmente: 
      1. Las personas que están directamente involucradas en las tareas de control y erradicación de los brotes (destrucción de los animales muertos, limpieza y desinfección de las áreas infectadas). 
      2. Las personas que viven y/o trabajan en granjas de aves donde se han notificado brotes, o se sospecha su existencia. 
      3. Esta recomendación deberá actualizarse en función de las evidencias epidemiológicas sobre el patrón de presentación y difusión de la infección por virus de gripe aviar. 
    5. Los lactantes menores de 6 meses, al no poder recibir la vacuna y al estar más expuestos a complicaciones (neumonitis gripal, otitis media, sinusitis y bronconeumonía bacteriana), es recomendable que su entorno (madres y otros contactos familiares) se vacune contra la gripe. 
    6. Por otra parte, cualquier otra persona que quiera reducir el riesgo de padecer la gripe y sus complicaciones, y de transmitirla a otras personas, puede vacunarse si la disponibilidad de vacunas lo permite.